Error número tres por el que no vendemos

Estos últimos jueves pasados hemos visto dos errores que pueden hacernos frenar nuestras ventas (error uno y error dos)

Hay muchas cosas que pueden hacer disminuir nuestras ventas, pero con esta serie he querido abordar simplemente algunos de ellos, que son comunes en los blogs, y que pueden hacernos bastante daño si queremos ganarnos un dinerín.

Y un tercer error bastante común que veo es el precio de las cosas.

Está claro que cuando vendemos un producto el precio viene determinado, en parte, por las materias primas, etc.

Voy a decir una bordería, no me odiéis, pero es la verdad en realidad y vosotras lo sabéis bien.


Si yo me pongo en la piel de un cliente cualquiera que va a una tienda o a un negocio, a mi me da un poco igual cuánto le haya costado a esa persona la materia prima.

Soy una persona muy razonable y entiendo que la lana tiene un coste, y que no es lo mismo una lana mala que una lana buena. Pero si alguien sólo hace cuatro pares de patucos al mes y además no tiene dinero detrás para invertir, y por tanto, tiene que pagarla más cara que otra persona que compra en mayor cantidad, ese no es mi problema.

Si ese es vuestro caso, no contéis como argumento de venta (porque siempre se necesita un argumento de venta) que la lana es buena. Porque vale, que sea buena no quiere decir que a todo el mundo le resulte tan cara comprarla. Decid por ejemplo, que está hecho a mano por alguien extremadamente detallista, y por tanto los remates, puntos o lo que sea, están perfectos o no se soltarán o lo que sea que tenga que tener una zapatilla o patuco de buena calidad (se nota que no sé de labores, ¿eh?)

Pero ahora imaginemos que hablamos de servicios, en los que es incluso más difícil todavía poner precio, ya que no vienen determinados por la materia prima.

Entonces, un error muy común que veo es que la gente pone el precio dependiendo de lo que a ella le ha costado hacerlo. Qué manía.

Qué manía y qué error tan tonto.

De primeras, no todo el mundo aprovecha el tiempo igual. De toda la vida incluso en el cole veíamos como unas personas acababan las tareas antes que otras.

Y además: el tiempo de todo el mundo no vale lo mismo.

Esto así suena muy feo, no es que unos seamos menos que otros, pero un corredor de bolsa no cobra más que un reponedor de supermercado porque mete más horas, sino porque:

• Hay menos gente que puede hacer eso (es decir, es más difícil encontrar esa mano de obra) (razón 1)
• Le genera a la empresa para la que trabaja, un beneficio infinitamente mayor (razón 2)

Y en eso es en lo que nos tenemos que basar.

No importa cuántas horas haya metido yo en cada uno de mis cursos. Hacer cada paso y sacar cada pantallazo puede ser una tarea bien tediosa. Sin embargo, la información de mi Curso Uno para blogueras es mucho más accesible que la que vemos en el curso Cómo promocionar tu blog (razón 1).

Si alguien compra Cómo promocionar tu blog se habrá gastado solamente 50 euros, y sin embargo tendrá todas las claves que necesita para conseguir visitas y lectores fieles. Y no sólo casi todos aquellos que tenemos un blog queremos tener visitas y seguidores y comentarios, sino que ese es el paso más importante para luego poder ganar dinero con nuestro blog.

Es decir, le estoy generando un beneficio muchísimo mayor a la persona que compra ese curso que a la que compra el Curso Uno (razón 2).

En realidad, en pocos meses, cuando esa persona que ha comprado Cómo promocionar tu blog esté donde siempre ha querido estar tras tantos meses (o años) de frustración viendo que sus seguidores y visitas subían tan poco a poco, si piensa que sólo ha pagado 50 euros para tener todas esas claves, le entrará la risa.

En cambio, lo que vemos en el Curso Uno, aunque puede que le facilite mucho la tarea y le ahorre horas y horas y horas de búsqueda en Internet sin éxito (y por tanto pueda usar su tiempo para otras cosas más importantes), no es una información tan valiosa como la otra.

Por eso el Curso Uno vale 20 € y Cómo promocionar tu blog 50 €.

Sin embargo un error muy común que veo es que alguien trate de vender algo diciendo que les ha llevado muchas horas escribirlo/prepararlo/lo-que-sea.

Pero bueno. Hablando claro: "¿Y a mí qué me importa?"

Os vais a reír, pero en el insti, cuando era más jovencita, yo siempre tenía un 10 en gimnasia (para compensar el 0 en mates jjeje) y había una niña que se llamaba Nekane, que siempre se quejaba y decía que yo no me esforzaba.

Que ella siempre se esforzaba muchísimo y que no conseguía aprobar, y que eso era injusto.

Y un día la profesora le dijo algo como...

"Podrá no parecerte justo, pero lo que importa en la vida son los resultados. Cuando os presentéis a Selectividad, a los correctores no les importará si Blanca sabe inglés porque lo aprendió de pequeña o si ha estudiado mil horas. Lo importante es que se sepa la materia. Y aquí igual. Blanca hace perfecto todo aquello de lo que yo os evalúo. Suerte tiene si sabe hacerlo o es más flexible o ágil que tú. Aunque valoro tú esfuerzo, yo no debo evaluar cuánto lo hayas hecho, sino cómo de bien lo hagas".

Y ya me odió de por vida la Nekane jajaj.

Nota: si me viera ahora le entraría la risa, porque ahora soy flexible cero bajo cero ;)

Pero a lo que voy es: no tratéis de vender un curso o cualquier otro servicio a 20, 30 o 50 € diciéndome que tardáis mucho en hacerlo u os ha llevado mucho trabajo prepararlo.

¿Y a mí qué? - pensarán vuestras posibles clientas.

Vuelvo al reponedor y al corredor de bolsa.

Y no me malinterpretéis. Yo aquí soy una de vosotras. Tengo un pequeño negocio minúsculo blog y sé, exactamente igual que todas vosotras, lo duro que es que no se valore el trabajo bien hecho, las horas, y el esfuerzo. Sin embargo, cuando somos clientes, tenemos que mirar por nosotros, y egoístamente no pensamos en cuántas horas le ha llevado a esa persona hacer eso, sino en cuánto nos está cobrando y cómo, de algún modo, vamos a poder amortizar ese gasto.

¿Esto qué va a hacer por mí? - nos planteamos

Lo que nos importa es el resultado.

Yo con el Curso Dos para blogueras os ofrezco, por solamente 35 €, que os ahorréis un diseño de blog profesional. Con el Curso Uno + el Curso Dos, sabréis hacer un blog como mínimo como este mío. Y digo como mínimo porque yo no tengo ni el 50% de las cosas que vemos en el Curso Dos.

Os ahorro tiempo y mucho dinero ¡Una ganga!

Pero no os digo... Es que me llevó muchas horas escribirlo... :P

Pensad en un argumento de venta bueno. En el argumento de venta que necesita la clienta para comprar. Y poned el precio basado en el valor que tiene lo que estemos ofreciendo a la clienta:

☼ Le estoy ahorrando un diseño de blog profesional y además le estoy enseñando a hacerlo, para que le pueda volver a cambiar de look cuando ella quiera fácilmente
☼ Le estoy dando todas las claves y atajos para que consiga visitas y lectores fieles en un tiempo récord
☼ Le estoy dando el trabajo casi hecho para que en el momento en que decida monetizar su blog, si lo hace con cabeza (y no le da por plantar unos anuncios AdSense ;), gane un buen dinero (que no 50 o 100 € al mes)
☼ Etc.

Y si encima, después de esto, podemos rebajar el precio un poco, mejor aún.

Mis cursos, mucha gente me lo dice, deberían ser más caros. Lo que pasa que es que si los vendiera más caros (hace poco vi un curso de diseñar tu blog, básico, por 99 dólares) me los compraría menos gente, así que al final ganaría lo mismo y encima de este modo ayudo a más gente :)

Pero sobre todo, sobre todo, es porque cuanto mejor sabor de boca tenga la clienta (yo he oído muuuuuchas veces que mis cursos son la mejor inversión que han hecho en mucho tiempo) más posibilidades de que luego nos vuelva a comprar otra cosa :)

Pensad bien en vuestros argumentos de venta, pero no digáis que os ha llevado mucho tiempo hacerlo, ¿ok?

Bueno, este es mi consejo y mi punto de vista, que yo tampoco tengo la verdad absoluta de todo, pero bueno, he leído muchos libros en mi vida y creo que algo he ido aprendiendo... ;)

Nos vemos mañana, ¡guía de diseño de PicMonkey a la vistaaaa!