Error número 5 por el que no vendemos

Bueno, supuestamente íbamos a ver cuatro errores de venta durante los 4 jueves de abril, pero he decidido alargar esta serie, porque no paro de ver una y otra y otra cosa que hacen a la gente frenar o perder ventas.

Seguro que yo hago mil cosas mal y también, sin darme cuenta, pierdo oportunidades. Pero yo hablo de lo que yo veo o me doy cuenta, por si a alguna os puedo ayudar.

Y otra cosa que he visto en muchos blogs es que no ponen el precio a lo que venden.

Error, error y error.

Si no ponemos precio estamos perdiendo ventas.

Ya sé que algunas podéis pensar que preferís informarles mejor y ya decirles lo que vale. Pero no. Porque quien no se lo pueda permitir, no se lo podrá permitir ni aunque le expliquemos por qué vale eso.

Y en cambio, otra gente que sí se lo podrá permitir, pasará de largo.

Mi amiga Ana, que ya sabéis que es diseñadora, vende en su blog, kits de fiesta.

En todas las profesiones hay siempre gente con más experiencia y gente con menos, negocios que llevan más tiempo y negocios nuevos, empresas con precios más ajustados y empresas que se pueden permitir precios más altos, etc.

Ahora tenemos un boom de kits de fiesta y en miles de blogs veo que los venden. Genial. Yo misma puedo hacer un kit de fiesta con mi monito, pero es verdad que comprarlo hecho es mucho más fácil y rápido. Que como ya vimos, hacerlo nosotras no es siempre la opción más barata, porque nuestro tiempo, vale dinero...

Pero a lo que voy es. Depende del blog y la persona que lo hace, vienen a costar unos 20 €.

20 € en un blog y hecho por una persona no-profesional. Además normalmente vienen sin personalizar o si acaso se personaliza la invitación con el nombre del homenajeado.

Y hay unos mejores y otros peores. Lógico. Yo he visto kits super-chapuceros, y kits muy bonitos.

Entonces estoy en el blog de Ana, y leo que es creativa gráfica. Que lleva más de 7 años (y sólo tiene 31) trabajando como diseñadora.

Y veo sus kits:

Y encima veo que los personaliza.

Pero no los personaliza en plan que pone el nombre del niño en la invitación, sino que personaliza TODO.

Las etiquetas para las bebidas, los cartelitos del buffet, los carteles de los invitados, el cartel de bienvenida, etc.

Y veo una fiesta con un kit suyo. Y flipo.

Y entonces no veo el precio. Pone que para más información contactar con info@almadefiesta.com

Pues no pregunto.

¿Por qué? Porque eso me suena a casa cara. Cuando ves en una inmobiliaria "Precio a consultar". Zas. Olvídate, está fuera de tu presupuesto.

¿Y para qué voy a preguntar? ¿Para que me cuente lo rápido que lo va a hacer, la experiencia que tiene y que personaliza cada detalle y merece la pena la inversión?

No-no. Yo no pregunto, porque lo mejor que puede pasar es que me convenza y gaste más de lo que debiera en un kit de fiesta. Que sí, que mi tiempo vale dinero, pero rica no soy.

Y lo peor... pues que me diga que vale 60 € y se me quede la típica cara pobre como cuando me dicen en el súper que no me pasa la tarjeta. Y que le tenga que decir. "Vaya, gracias, me lo pensaré", porque se me cae la cara de vergüenza de decir que no me lo puedo permitir.

¿Pero sabéis qué?

Que sus kits de fiesta valen 30 €.

¡30 €! Un kit completamente personalizado y precioso, hecho por una diseñadora con un gusto exquisito y con muchos años de experiencia.

Pero conmigo hubiese perdido una venta, porque me habría dado miedo hasta preguntar.

Quizá además esté simplemente leyendo su blog porque sí, porque me encantan las recetas que publica siempre (mmmmmm) o porque me gustan sus hallazgos en los pots que publica en sus Flechazos de la semana, pero no tenga intención de comprar un kit.

Pero si ella dijera (escribiera) abiertamente que valen 30 €, aunque yo no necesite uno en ese momento, lo sabría. Y entonces, si un día necesitara uno, iría directamente a donde ella.

Pero como no lo sé, y nunca lo he preguntado, pues no se lo compraré.

Os aseguro que por no poner precios, perdéis ventas. Creedme.

Permitidme que comparta con vosotras el email de Aurora, una lectora. Me lo envió el otro día, tras hablar yo en el error número 4 que había que hacer las cosas bien, porque el hecho de hacerlas deprisa y corriendo, aunque puede ser tentador, no nos beneficia a largo plazo en absoluto.

"Hola Blanca, hace dos días que te sigo, me pareces fantástica y muy clara en tus afirmaciones, estoy totalmente de acuerdo contigo, yo tengo un blog y una página en FB donde muestro lo que hago, y nunca pongo el precio a los,artículos, si quieren que contacten conmigo, me parece de mal gusto, no hago las cosas en serie, no soy el Corte Inglés ni ningún centro comercial, hago las cosas a mi gusto y les dedico mucho mimo y cariño porque soy exigente, de hecho hay chicas que han comprado y han repetido, el,trabajo bien hecho no tiene precio, trabajo bien hecho cliente contento."

Entonces, como no tengo mucha confianza con ella yo le contesté algo tratando de no ser tajante ni decirle que creía que no lo estaba haciendo bien, porque supongo que ella pensaría "tía, métete en tus asuntos" jajaj, pero a la vez no me pude reprimir el decirle lo que pensaba en realidad.

Así que así con la técnica del sandwich le dije que muy bien, que yo creía que era un error, pero que si a ella le iba bien así, pues que vale... En plan dejándoselo caer...

"Tienes razón, y haces bien en hacer las cosas con cariño y mimo. Me alegro de que sea así. 

No obstante yo no sé si estoy muy de acuerdo en lo de no poner el precio... De hecho de eso hablo en el error de este jueves. Mi amiga Ana también lo hace, y en mi opinión pierde ventas por eso. 

Cada negocio es un mundo y siempre hay excepciones. Además que todos los caminos llevan a Roma (ejemplo: yo no hago jamás rebajas ni ofertas ni sorteos ni nada en mis cursos, ese es su precio y a la gente o lo compra o no lo compra, pero porque no quiero que nadie deje de comprar porque piense que en un momento pueda tener una oferta mejor. No obstante, conozco blogs que ganan dinero a base de hacer ofertas, porque en ese momento vende mucho). 

Si a ti te funciona bien el hecho de no poner precio para que te pregunten y así tu poder explicar mejor o razonar lo que haces, etc., pues fenomenal. 

Cada negocio y caso es diferente y me alegro de que tu hayas dado con el modo en que funciona el tuyo!!!

Un beso, 

Blanca"

A lo que me contestó:

"Gracias por tu respuesta... estoy deseando leer el post del jueves, las ventas están muy mal, la gente tiene dinero para llenar las neveras y lo que yo hago es un capricho.

Creo que en los siguientes post pondré el precio a ver que tal sale, a veces creo que les da miedo preguntar o pereza enviar un mail o porque piensan que debe ser un precio demasiado alto. 

En fin ya te contaré los progresos.

Besos."

¿Veis a lo que voy?

Incluso ella que lo hacía pensando que era mejor, al decirle yo eso, inmediatamente cayó en que ese podría ser uno de los problemas.

Yo pondría el precio. Siempre. Porque quien no se lo pueda permitir, no lo va a comprar de todos modos.

Y mira, además, así esos emails que os ahorráis de tener que estar explicando o contestando para nada.

Y sí, fenomenal, hay gente que no comprará mi curso Cómo promocionar tu blog porque le parezca caro. Cada uno sabe cuánto quiere o puede pagar por conseguir cosas como Amparo en tan sólo dos meses. Pero yo no tengo que convencer a nadie de nada.

Vuelvo a lo mismo. No queremos ser vendedores de enciclopedias. Mi producto es bueno y eso es lo que vale. A los hechos me remito. Quien lo quiera pagar bien, y quien no quiera o no pueda, pues no pasa nada.

Y vosotras haced lo mismo. Las cosas estarán mal, pero vamos, que si Louis Vuitton vende bolsos a 3.000 € y hay gente que los compra, ¿como no vais a vender otras bolsos u otras cosas a 20, 30 o 50 €?

Que vale que hay gente que no tiene 30 €. Las cosas están, desgraciadamente, muy mal para algunos, pero otra gente sí puede permitírselo.

El hecho de no poner el precio ahuyenta a la gente que quizá sí hubiese pagado ese dinero y no hace que quien pregunte, si no tiene, lo tenga sólo porque sea personalizado a mano y con mil detalles super cuidados...

Además, es que si hemos puesto un precio razonable y con criterio, tampoco podemos hacer más. Las cosas valen lo que valen. Así que nada de "rebajarnos" a vender nuestro producto tratando de convencer a nadie.

Yo soy más de la actitud de: esto es lo que hay, o lo tomas o lo dejas. Y no veo nada de malo No podemos tampoco regalar nuestro trabajo.

Claro, que como siempre, ese es MI consejo.

Si vosotras tenéis estudiado que no poner el precio es mejor (me imagino que Sotheby's tiene estudiadísimo lo del Price Upon Request) y eso es lo que os funciona... yo no he dicho nada :P

Besotes y ¡nos vemos mañana en la fiesta!

P.D. Ayer actualicé las ganadoras del sorteo de PicMonkey y aún me falta por localizar una para explicarle cómo activar su suscripción gratuita. 

No olvidéis comprobarlo (lo he puesto en el propio post del sorteo) y si eres tú, ¡escríbeme un email! :)